La suntuosidad y el hedonismo del art decó y del art nouveau renovados se convertirán muy pronto en una de las tendencias en interiorismo que marcarán el año según los expertos. Te contamos cómo incorporarlos en casa para acertar.
El art decó y el art nouveau están cada vez más presentes en el interiorismo de restaurantes, especialmente, en París. Allí, el Beefbar y el Epoca, entre otros muchos, hacen del glamour con sabor a tiempos pasados una de sus bazas más apetecibles. Es fácil, por lo tanto, suponer que la tendencia llegará pronto a nuestras casas, y de hecho, así lo predicen los expertos.
Incluso en AD hablamos ya de la corriente renovadora del art decó, que, aunque más minimalista, hoy sigue derrochando opulencia en los diseños de interioristas como Eva Maraver, una auténtica fanática de estos dos estilos. Ella también piensa que pegarán con fuerza el año que viene, "aunque con nuevos elementos y más depurados", indica.
CÓMO RECONOCER ART DECÓ Y ART NOUVEAU
Antes de continuar, conviene tener claras las diferencias y características de cada uno de estos universos plásticos:
Art nouveau
El art nouveau (literalmente, “arte nuevo” en francés, aunque conocido en España también como "modernismo") surgió en la última década del siglo XIX, y su influencia se extendió hasta finalizada la primera del XX. Sus raíces pueden encontrarse en el Reino Unido, en el movimiento Arts & Crafts liderado por el artista y diseñador William Morris. En París tuvo gran relevancia, razón por la cual es allí donde más se rescata su herencia.
Para reconocerlo, debemos buscar trazos ágiles, fluidos, con movimiento, curvas y asimetría: vidrieras de colores, columnas con formas excéntricas, volutas, flores, cerámicas, rejas curvas... Es útil saber, además, que se inspiraba en la obra de artistas prerrafaelistas como Morris o Edward Burne-Jones, en el atrayente misterio de los simbolistas, en la fluidez de Toulouse-Lautrec o Klimt, en las teorías arquitectónicas de Viollet-le-Duc, y antes de todos ellos, en el arte medieval. También bebía de repertorios estéticos más exóticos, sobre todo, de los llegados a través de las estampas japonesas. La naturaleza, las formas vegetales y los animales eran otras de sus fuentes de inspiración.
Escapista y hedonista, fue rápidamente adoptado por la burguesía más pudiente que deseaba diferenciarse del resto y también refugiarse en un mundo a su medida. La idea era que quien accediera a una mansión de este tipo se adentrara en un nuevo universo, inédito y aislado del exterior. Como no caló en otras clases sociales, se diluyó rápidamente una vez finalizada la primera década del siglo XX, por lo que resultó bastante efímero.
Art decó
El art déco, art decó o art deco (abreviatura de Arts décoratifs, “artes decorativas” también en francés) surgió justamente cuando moría el art nouveau, hacia 1910, aunque fue evolucionando para alcanzar su cumbre en los años 20 del pasado siglo. Pronto irradió hacia el mundo entero, con ejemplos de su arquitectura y diseño en los cinco continentes –mientras que el art decó permaneció más bien en Europa–. Ha pervivido a lo largo del tiempo con periodos de decadencia, cruce con otros estilos e interesantes revivals.
Para reconocerlo, debemos detectar cierta obsesión por las formas geométricas, con las rectas y ángulos, con la masa y la simetría, que utilizaba como valores constantes. La razón es que bebía de modelos artísticos de vanguardia: del colorido de los fauves, de la simplificación de la forma del cubismo, de la abstracción geométrica del futurismo y el constructivismo. También se dejaba seducir por el antiguo Egipto, el arte mesopotámico, el primitivismo africano, el extremo oriente y, en general, por todo lo que resultara diferente y exótico. Y a menudo volvía también a los modelos de la antigua Roma y la Grecia clásica, con sus imponentes columnas y ricos materiales.
Así, el art déco abraza a la vez el pasado y el futuro, pues se encuentra fascinado por la tecnología, la maquinaria y la velocidad. Además, en sus muestras de interiorismo es frecuente el blanco y negro estricto, pero también la explosión colorista. El rango abarca desde la lluvia de referencias de Armand-Albert Rateau hasta la elegancia monacal en tonos beige de Jean-Michel Frank. Fue también impulsado por las clases más pudientes, pero después lo adoptó sin problemas el gusto más popular, en una sociedad ávida de lujo llamativo e inspirada por el Hollywood de los años 20, 30 y 40, que lo adoptó como estilo característico que evocaba opulencia y esplendor.
¿CÓMO UTILIZARLOS?
A Eva Maraver le encantan varias aplicaciones de esta tendencia: las paredes de escayola con motivos animales o vegetales en relieve; los muebles curvados, los flecos, las barandillas y escaleras con curvas exageradas, los arcos y los estampados de líneas diagonales en blanco y negro o de color. Y los diseñadores que, en su opinión, con más acierto utilizan estos estilos son Dimore Studio y Kelly Wearstler.
En la siguiente foto, podemos ver cómo los primeros se apropian la tendencia en el Hôtel Saint-Marc de París, donde el dúo italiano logra el perfecto equilibrio entre legado histórico y toques contemporáneos con una mezcla de piezas vintage y creaciones a la medida.
Por su parte, la californiana Wearstler, Premio Especial de la Redacción AD 2016, es heredera del glamour del viejo Hollywood en tonos vibrantes y alegres. Otros de sus básicos: geometrías y muebles de bronce y pan de oro. Con todos estos ingredientes y un evidente gusto por espacios sexy, la interiorista ha decorado las casas de actores y actrices de hoy, como Ben Stiller, Cameron Diaz o Gwen Stefani. En la foto, su propio refugio en Malibú.
Por supuesto, Armand-Albert Rateau (1882-1938), gran exponente del estilo art deco, también es una referencia para Maraver. Creó el famoso baño de la Casa de Alba en Madrid, cuyas piezas se vendieron por algo más de seis millones de euros, un espacio que adora el interiorista Tristán Domecq. "Lo diseñó en los años 20, más que como un cuarto de baño, como un salón envolvente repleto de motivos naturales art déco, todo sobredimensionado pero con un gran estudio de la proporción y la simetría", contaba a AD.
También fue responsable del icónico apartamento Lanvin, un tesoro que hizo que Erico Navazo se decidiese a convertirse en interiorista. "La sala es un ejemplo puro de art déco y, aunque aparentemente no tiene nada que ver con mi estilo, me llevé una lección fundamental: la distribución clasicista, el trazado con simetría perfecta para que el espacio respire y poderlo vestir y, sobre todo, resolvió mis dudas sobre cuál debería ser mi oficio”.
Cuando le toca a ella diseñar, a Maraver le gusta utilizar estos estilos de muy diversas formas, que podemos copiar en casa para acertar: "Para los solados, si elegimos dos o tres tipos de mármoles diferentes en tonos negro como el Marquina, el mármol verde Alpi o Emperatriz y el blanco, como el Thassos, podemos hacer un juego de geometrías, como un dibujo en zigzag, que puede evocar a estas épocas", afirma. "También podemos colocar líneas paralelas en blanco y negro, mezclando mármol Marquina y Thassos; haciendo líneas circulares concéntricas con mármol puede quedar precioso".
"En las paredes, perfilar los vértices con una fina tira de latón o de bronce marcando las aristas nos puede servir para enmarcar un papel con motivos geométricos representando palmeras, pirámides y otros motivos similares", indica también. La interiorista nos recomienda asimismo panelar alguna pared con DM formando acanaladuras y lacarla, o revestirla con seda. En el caso del baño, es buena idea cubrirlas con pequeños espejos ahumados y con incrustaciones de latón. En cuanto a los tonos, las gamas cromáticas, en su opinión, permiten tanto el blanco y negro como los colores brillantes.
Los techos, esos grandes olvidados, también merecen atención en esta fusión de estilos decorativos: "Se puede colocar una moldura finita lacada en negro haciendo franjas, o una moldura realizada con pequeños cubos o bolitas repetidas a modo de cornisa, que recuerdan a pequeñas esferas y crean volumen". En la foto, creación de la propia Maraver.
"Las puertas de paso merece la pena enmarcarlas dentro de arcos hechos en la tabiquería. También quedan muy especiales las puertas paneladas de espejo y canteadas de cromo", añade la profesional.
En cuanto a las piezas ganadoras para trasladar esta tendencia a nuestra casa, Maraver destaca las lámparas, que deben ser "exageradas y en metal cromo o latón"; los muebles en laca negra, con objeto de conseguir la gama negro, blanco, dorado y cromo; los biombos lacados con motivos animales o vegetales, las creaciones en porcelana y cerámica de estos estilos...
Además, también podemos customizar los muebles que ya tengamos con algunas ideas que nos da la decoradora, como estampar en leopardo las sillas del comedor, colocar algún sofá con forma de abanico y tapizarlo en terciopelo, tapizar butacas con telas exóticas o añadir flecos a un sofá, a una mesa, a una consola... En definitiva, "se trata de crear un ambiente más teatral y dramático", en palabras de la profesional.
AD
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